domingo, 4 de diciembre de 2011

Vicky



No supe su nombre hasta una semana después, cuando fuimos presentadas, oficialmente, en aquella recepción aburrida que ofreció el rectorado de la universidad al inicio del curso académico... Y, para entonces, ya habíamos cruzado miles de miradas furtivas en cada encuentro fortuito que tuvimos... Miles de miradas que devoraron lascivamente, lo confieso, cada centímetro del contorno de su cuerpo...




Y aquella noche, al fin, me devoró la pasión de sus labios, de sus besos recorriendo, una y otra vez, cada recodo de mi excitada piel...

Nos amamos en silencio, arropadas por la penumbra de su lecho, por el calor de nuestros cuerpos, por la pasión de nuestros encendidos besos...

Y anoche..., la volví a ver.... Radiante, como siempre, contoneando su figura, eróticamente, al ritmo de la música, de la noche... Volví a sentir la sonrisa de su mirada, de sus ojos azules, profundos, como el mar profundo, como el cielo abierto..., y volví a sentir la caricia electrificante de sus dedos rozando mi cuerpo...

Ya no recuerdo más...., ya solo recuerdo subiendo al taxi que nos recogió a la salida de la sala Golden, subiendo entre sus brazos por las escaleras del deseo y la pasión desenfrenada de sus besos...

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